A los 4 años los niños son todo movimiento y explotan de vitalidad. Están en todos los sitios y a la vez, lo tocan todo, se identifican con todos con la intención de saber cada vez más y estar aún más seguros de si mismos. Les encanta reírse de sus gracias o de sus bromas pesadas. Se admiran y se critican, manejan las palabras, saben quienes son, donde viven y de que trabajan sus padres y sus madres.
Pueden destrozarnos con todo tipo de demostraciones y venir al final tranquilamente a sentarse a nuestro lado, emprendiendo una actividad que mantendrán un buen rato sin cansarse.
Los niños de 4 años quieren demostrar su poder, fuerza e independencia a sus padres.
Desarrollo psicomotor - 4 años Es la edad de la independencia psicomotriz. Su motricidad protopática le permite correr, saltar, bajar escaleras alternando los pies, etc., si bien necesita de amplios espacios para demostrar sus habilidades. Es la edad del parque infantil o de los "Happy-park" actuales.
A nivel epicrítico ya tiene bien desarrollada su pinza escribana por lo que puede colorear con lápices o ceras dibujos más pequeños si bien saliéndose del contorno. Copia un círculo y una cruz. Dibuja la figura humana, mejor dicho "el escarabajo" ya que sus brazos y piernas salen de la cabeza.
También dibuja flores, árboles, casas, barcos, etc., si bien tomando como elemento de base el círculo y el cuadrado y sin dominar el espacio en el papel. Así pues comienza por ejemplo una casa, pero su insuficiente control motor hace que trace un tejado demasiado alto... y ya tenemos que la casa se ha convertido en una jirafa. Salva así la situación y sus "admiradores" quedan contentos. Un perfecto "farsante" a sus cuatro años.
Su motricidad le permite vestirse, desvestirse y desabrocharse los botones.
Desarrollo cognitivo - 4 años A los cuatro años destacaremos los siguientes factores cognitivos: la orientación visoespacial le permite apreciar correctamente las formas (redondo, cuadrado y triángulo) y los tamaños (grande, mediano, pequeño). Empieza a definir su adquisición de la dominancia lateral con un incipiente mano, ojo y pie dominante. Puede mantener cortos periodos de atención (jugando, mirando cuentos, etc.) sin necesidad de la presencia de un adulto.
Los progresos en el campo de la memoria (el niño y la niña de 4 años deben poder repetir, en los tests de su edad, una serie de tres cifras y una frase de diez sílabas) desempeñan un considerable papel en los progresos de su autonomía. Recuerdan las acciones realizadas recientemente, lo que les ayuda a precisar sus referencias espacio-temporales y a escapar de lo concreto y de lo inmediato. Comienzan a tener recuerdos personales, teñidos de subjetividad y afectividad, pero ya más próximos a los del adulto que las impresiones sensoriomotrices de las edades anteriores, lo que les inserta más en el mundo de los mayores.
Los cuatro años son también la edad del "porqué", en las respuestas no hay que olvidar que a diferencia de los tres años discriminan mucho mejor lo real de lo imaginario y en ningún momento van a aceptar sentirse burlados.
Lenguaje - 4 años El niño y la niña de cuatro años construyen frases correctamente con expresiones exclamativas, adverbios de lugar, de tiempo, preposiciones, etc. A veces pueden equivocarse en algunas formas verbales en la euforia del relato de sus experiencias, pero se autocorrigen al hacérselo ver.
Les interesan "los tacos" y según sean recibidos sus primeros "globos sonda", los utilizarán discretamente o teatralmente.
Su lenguaje distingue el ayer, el hoy y el mañana.
Comprenden y utilizan el "encima-debajo" y "delante-detrás" así como un mínimo de cuatro colores.
Entre los cuatro y cinco años no deben presentar defectos de articulación ni deformar la estructura fonética de las palabras.
Desarrollo afectivo - 4 años Los niños de cuatro años buscan la independencia afectiva de sus padres. Su interrelación social en la escuela ya no es como cuando tenían tres años, aquella inseguridad y dependencia de su entorno de vinculación afectiva disminuyen, con lo que se favorece su sociabilización.
Muchos padres no permiten "volar" a su hijo de cuatro años, condicionando con una educación errónea actitudes de apego u oposición excesiva.
Los cuatro años son también la edad del "final de los caprichos", la educación de la capacidad de frustración es una de las principales variables preventivas en salud mental infantil.
A esta edad el niño se identifica espontáneamente con el padre del mismo sexo, o bien encuentra en su entorno un sustituto del mismo sexo. Es un momento educativo imprescindible en que los padres y no sus sustitutos deben de tener tiempo para jugar con sus hijos.
Consejos Educativos
- 4 años
- Alimentación: Ambiente favorable, evitar golosinas.
- Sueño: Miedos y fantasmas.
- Progresiva autonomía en el hogar (ayudar en tareas domésticas) y en la higiene personal (comer, lavarse, vestirse).
- Adaptación escolar: Motivación y aprendizaje.
- Adaptación social: Participación en el juego.
- Modelo de identificación adulto ("canguros")
- Disciplina - T.V. limitada, supervisada y comentada
- Factor tiempo (juego) - Accidentes (electricidad, tóxicos, fuego, animales, supervisar juegos en el exterior, cinturón de seguridad en el automóvil, supervisión contínua en zonas acuáticas)
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