Composición de la sangre
La sangre está formada por un líquido amarillento denominado
plasma, en el que se encuentran en suspensión millones de células
que suponen cerca del 45% del volumen de sangre total. Tiene un
olor característico y una densidad relativa que oscila entre 1,056
y 1,066. En el adulto sano el volumen de la sangre es una onceava
parte del peso corporal, de 4,5 a 6 litros.
Una gran parte del plasma es agua, medio que facilita la
circulación de muchos factores indispensables que forman la sangre.
Un milímetro cúbico de sangre humana contiene unos cinco millones
de corpúsculos o glóbulos rojos, llamados eritrocitos o hematíes;
entre 5.000 y 10.000 corpúsculos o glóbulos blancos que reciben el
nombre de leucocitos, y entre 200.000 y 300.000 plaquetas,
denominadas trombocitos. La sangre también transporta muchas sales
y sustancias orgánicas disueltas.
Eritrocitos
Los glóbulos rojos, o células rojas de la sangre, tienen forma de
discos redondeados, bicóncavos y con un diámetro aproximado de 7,5
micras. En el ser humano y la mayoría de los mamíferos los
eritrocitos maduros carecen de núcleo. En algunos vertebrados son
ovales y nucleados. La hemoglobina, una proteína de las células
rojas de la sangre, es el pigmento sanguíneo especial más
importante y su función es el transporte de oxígeno desde los
pulmones a las células del organismo, donde capta dióxido de
carbono que conduce a los pulmones para ser eliminado hacia el
exterior.
Leucocitos
Las células o glóbulos blancos de la sangre son de dos tipos
principales: los granulosos, con núcleo multilobulado, y los no
granulosos, que tienen un núcleo redondeado. Los leucocitos
granulosos o granulocitos incluyen los neutrófilos, que fagocitan y
destruyen bacterias; los eosinófilos, que aumentan su número y se
activan en presencia de ciertas infecciones y alergias, y los
basófilos, que segregan sustancias como la heparina, de propiedades
anticoagulantes, y la histamina que estimula el proceso de la
inflamación. Los leucocitos no granulosos están formados por
linfocitos y un número más reducido de monocitos, asociados con el
sistema inmunológico. Los linfocitos desempeñan un papel importante
en la producción de anticuerpos y en la inmunidad celular. Los
monocitos digieren sustancias extrañas no bacterianas, por lo
general durante el transcurso de infecciones crónicas.
Plaquetas
Las plaquetas de la sangre son cuerpos pequeños, ovoideos, sin
núcleo, con un diámetro mucho menor que el de los eritrocitos. Los
trombocitos o plaquetas se adhieren a la superficie interna de la
pared de los vasos sanguíneos en el lugar de la lesión y ocluyen el
defecto de la pared vascular. Conforme se destruyen, liberan
agentes coagulantes que conducen a la formación local de trombina
que ayuda a formar un coágulo, el primer paso en la cicatrización
de una herida.
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