Parábola de la fiesta de bodas

 “Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir. Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.”

 Mateo 22:1-14 

MOTIVACIÓN

Comprender el valor de la buena voluntad de Dios para nuestras vidas, en todas nuestras áreas, primordialmente en nuestra salvación personal.

APROPIACIÓN ESPIRITUAL

Dios tiene los mejores planes y propósitos para cada persona. Su bondad, perdón y misericordia son de los mejores regalos que él tiene para nosotros. Sin embargo, como somos seres con libre albedrío, podemos errar el camino del bien y la bondad, e irnos en pos de falsos ideales y realizar comportamientos indeseables para Dios. Desde ese momento cada uno de nosotros se hace responsable delante de Dios en la forma como vive su vida moralmente, y sus relaciones interpersonales.

De modo que, vivir con la creencia de que todo lo podemos sin ayuda  de nadie, puede causarnos pérdidas lamentables. De esta forma, cuando Dios desea lo mejor para nosotros, y la rebeldía, la indiferencia y el rechazo nos caracterizan, los problemas no se harán esperar.

El reino de Dios es una fiesta de boda para nosotros, donde todo está dispuesto para nuestro bienestar, incluso nuestra trascendencia eterna.

Debemos tener cuidado en que ciertos eventos, actividades, personas, ideas, actuaciones, nos desvíen de la vida eterna que Dios nos ha regalado en su Hijo. Muchas excusas podemos colocar en medio del camino, para decirle a Dios que estamos ocupados, que nuestra vida es muy interesante como la hemos construido, que nuestra personalidad sea mejor que la de otros. La parábola nos enseña que Dios desea nuestro bien, pero el rechazo de sus planes y bienestar para nosotros le enojan. No nos dejan en una buena posición ante la eternidad que Él nos regaló en Cristo.

PRÁCTICA PERSONAL

Recordemos:

- La salvación de Dios es un regalo divino en Cristo Jesús.

- Dios desea que celebremos con él el triunfo eterno del bien sobre el mal.

- No rechazar la invitación del Señor para darnos la vida eterna.

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