Capítulo 2:
Desde tiempos antiguos los hombres han tratado de dominar y dominarse. Utilizando los recursos más variados, intentaban oprimir al pueblo humilde mientras se mantenían ellos con todo tipo de comodidades, viviendo acomodada y derrochadoramente.
Por su parte el pueblo, la gente más sencilla, siempre se enfrentaban a tales situaciones injustas de las más variopintas maneras y con lo que tenían al alcance de sus manos.
Las artes marciales nacieron de la opresión y de la oscuridad de los monasterios. Su historia se pierde en la noche de los tiempos, fueron los recursos usados por la gente más indefensa para sobrevivir desde antaño.
Les permitían ejercitarse, mantenerse ágiles, favorecerles en un pugilato y, a la vez, les permitían diriguir su energía interna, su chi, como si de una fuente de meditación se tratase.
Fueron prohibidas y perseguidas por las autoridades que veían en ellas peligrar sus posiciones de privilegio, por lo que pasaron a ser practicadas en el más absoluto secreto y anonimato,estableciéndose un auténtico velo de misterio sobre su divulgación y sus divulgadores, sobre sus técnicas y sus evoluciones.
Las artes marciales, por su misma naturaleza, son algo dinámico. No se puede concebir un arte marcial sin ése dinamismo. Gracias a él pudieron madurar rápidamente y, por supuesto, crecer y hacerse más y más sofisticadas.
A pesar de ésa sofisticación y crecimiento actual, un buen arte marcial mantiene todavía su esencia, su raíz última: en un kata está toda contenida, y mil katas no la contienen.
De ahí se desprende que para aprender un kata perfectamente se pueda dedicar toda una vida, que un kata es suficiente y que, asimismo, con aprenderse mil katas no será suficiente.
Por éso es que un arte marcial no se parecen en nada, no tiene nada que ver -excepto para unos ojos externos y novatos- a la práctica de una defensa personal. Aunque es bien cierto que un arte marcial puede llegar a ser -y de hecho lo es- una buena defensa personal, no lo es menos que una buena defensa de éste tipo, por excelente que sea, nunca llegará a ser un arte marcial. Tiene la parte técnica, pero le falta el esqueleto espiritual.
Pero éso no quiere decir que no puedan surgir - y, de hecho, surgen y han surgido en muchos momentos de la historia - nuevas artes marciales. Como se ha dicho antes, un arte marcial no es estático, es algo fluido y dinámico, y en él se encuentran todos los recursos necesarios y codificados para su propia subsistencia. Un arte marcial puede engendrar otros artes marciales (ryus) sobre su misma columna vertebral. Pero jamás la sola técnica podrá hacerlo, la técnica, en sí misma, no es capaz de llegar a alcanzar un grado alto de espiritualidad, entendido ésta como arte.
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