Niños entre los 4 y 7 años
Los niños en esta etapa aún piensan y aprenden principalmente por medio de la experiencia y no entienden bien las cosas que sucederán en el futuro. Por ello, las conversaciones sobre el alcohol deberían ceñirse al presente y estar relacionadas con personas y acontecimientos que su hijo conoce. Los educadores sobre alcohol a menudo llaman a estas oportunidades ‘momentos especiales para la enseñanza’. Por ejemplo, ver la TV con su hijo puede darle la oportunidad de hablar sobre los mensajes publicitarios. Pregúntele a su hijo sobre los anuncios y anímelo a que también haga preguntas, como por ejemplo ‘¿Tú crees que beber hace que la gente sea más atractiva o popular?’
La mayoría de niños de esta edad está interesada en cómo funciona su cuerpo, así que es un buen momento para hablar sobre cómo mantener una buena salud y evitar sustancias que pueden dañar el cuerpo, como los fast food, el azúcar y sus derivados. Lo que resulta de la mayor importancia con las hembras, víctimas posibles de las enfermedades del comer.
Niños entre los 8 y 11 años
Los últimos años de la escuela primaria son cruciales para influenciar las decisiones sobre el consumo de alcohol. A los niños de esta edad les encanta conocer los hechos, especialmente los singulares, y están impacientes por aprender cómo funcionan las cosas y de qué fuentes de información disponen. Hable abiertamente sobre la información relacionada con el alcohol: los efectos a corto y largo plazo y las consecuencias de su consumo, los efectos del alcohol en distintas partes del cuerpo, especialmente en el cerebro como órgano de las emociones, y por qué es especialmente peligroso para el cuerpo que aún está en crecimiento. Hable asimismo del rol fundamental de la herencia, ya que hijos de alcohólicos son cuatro veces más propensos a ser alcohólicos. Lo que es muy similar con hijos de fumadores.
Los amigos son muy importantes a esta edad. Los intereses del niño pueden verse determinados por lo que su grupo de amigos piensa. Enséñele a decir ‘no’. Las conversaciones informales sobre el alcohol, el tabaco, las drogas y las amistades pueden tener lugar durante la cena como parte de su conversación habitual: ‘He leído sobre los jóvenes que consumen alcohol y fuman. ¿Sabes si hay niños en tu escuela que consumen alcohol o drogas?’
Jóvenes entre los 12 y 17 años
Cuando su hijo llegue a la adolescencia, ya debería haber aprendido lo básico sobre el alcohol y debería conocer sus opiniones e ideas con respecto al abuso de sustancias que crean dependencia. Su objetivo debería ser reforzar lo que le ha enseñado y mantener las vías de comunicación abiertas.
Durante la adolescencia, es más probable que su hijo se comporte de manera arriesgada. Puede que su creciente necesidad de independencia le haga desafiar los deseos de sus padres como una forma de reafirmar su autonomía. Pero las posibilidades de comunicación positiva con su hijo aumentan si cree que usted acepta o respeta a la persona que es ahora: una persona que quiere gustar y ser aceptada por sus compañeros y que necesita un cierto grado de privacidad y confianza. Usted puede ayudar a mostrarle su respeto evitando los métodos de disciplina como los sermones excesivos y las amenazas. (Véase aquí, mi ponencia: Adolescencia: Quo vadis?).
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