Ejercicios II

Pintando El Síntoma

Revisa qué síntoma eliges para trabajar.

Material: Pinturas, soporte o papel para pintar del tamaño que quieras. Busca un espacio tranquilo, si quieres pon música tranquila y algún aroma que te guste. Intenta que el ambiente esté en armonía.

1. Siéntate y cierra los ojos. Respira varias veces en forma honda y profunda, hasta que estés relajado.
2. Pon tu atención en la parte del cuerpo en donde sientas el síntoma. Siéntelo y siente la sensación que se produce en tu cuerpo, siente la emoción o emociones  que se hacen presentes. Siente en qué parte o partes del cuerpo sientes aso. Tócalo con tu mano izquierda.
 3. Comienza a dar forma a esa serie de emociones y sensaciones. Dibuja con un lápiz el síntoma, el órgano o parte del cuerpo que esté produciendo ese síntoma. Hazlo con toda atención, ponle el color que quieras, date un buen tiempo para realizar el trabajo. Puede terminarse en una sesión o en varias.
4. Al terminar, aléjalo para verlo completo y dejar sentir lo que está expresando ese cuadro.
5. Pregúntale qué quiere, por qué se ha hecho evidente, ¿Para qué? ¿Qué quiere de ti? Escribe lo que vayas captando. Es un dialogo muy importante, date permiso de dejarte escuchar lo que dice.
6. ¿Qué está representando? ¿En lugar de qué o quien está? Si el síntoma fuera....(¿quien sería?)
7. Pregúntale... ¿Cómo puedes ayudarlo para que sea de otra forma y que no tenga que ser así? Para que ya no se aparezca como síntoma.
8. Capta lo que te diga y modifica. En la medida que vayas captando una nueva forma de darle lo que pide al síntoma, velo transfiriendo a imágenes metafóricas para que posteriormente las añadas o las cambies al cuadro anterior.
9. Haz las modificaciones pertinentes para que ya no vuelva a aparecer el síntoma. No es necesario enfermarse para que le hagas caso a esa parte profunda que se quedó en algún momento de la vida. Al que no se le ha hecho caso y trata de hablar en "n", formas para hacerse entender pero casi nunca le hacemos caso.
10.  El alma susurra, habla, y si no le hacemos caso, grita. La Enfermedad es el grito del alma.

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