Numerosos textos han dejado constancia de las enfermedades que aquejaron a la población medieval con mayor frecuencia:
- El carbunco[1], conocida también como ántrax maligno, enfermedad infecciosa producida por el Bacilus antracis, que debe su nombre al tono negro brillante que adquieren las pústulas, parecido a la antracita. Se manifiesta de tres maneras:
a) Pústula y edema malignos, localizados en la zona de la piel por la que penetró el bacilo. A las 48 horas surge una pequeña marca roja parecida a la picadura de un insecto, que en poco tiempo se convierte en una úlcera indolora que endurece y adquiere el tono negro brillante característico. También aparecen síntomas de infección general (fiebre elevada, escalofríos, dolor muscular y de las articulaciones, hipotensión, pulso acelerado, diarreas, vómitos...); la muerte sobreviene en una semana aproximadamente. En el edema maligno predomina la tumefacción, el malestar general aparece con mayor rapidez y evoluciona más deprisa.
b) Neumonía carbuncosar. Es menos endémica porque su mecanismo de contagio (inhalación) es menos frecuente.
c) Enteritis carbuncosar, caracterizada por un cuadro enterítico agudo, mortal en uno a tres días. Puede ir acompañado de pústulas o edemas, con fiebre elevada, vómitos y hemorragias. El contagio se produce por la ingestión de aguas contaminadas.
Estuvo muy extendido entre los animales domésticos (ovejas, cabras, vacas, cerdos, caballos). El hombre se contagiaba por el contacto con las esporas alojadas en la lana o la piel de los ejemplares enfermos. La puerta de entrada son las pequeñas erosiones de la piel. Los animales se infectan en los establos o en prados donde abundan las esporas procedentes de bacilos eliminados por la orina y heces de animales contaminados. Produjo grandes epidemias.
- El escorbuto, cuya primera descripción llega con las Cruzadas, lo produce un déficit de la vitamina C por falta de consumo de verduras frescas y frutos cítricos. Los síntomas son: depresión nerviosa, piel amarillenta, tumefacción de las encías, hemorragias, dolores en las articulaciones y manchas en la piel que primero son rojas, se vuelven violáceas, verdes, verde-amarillentas y finalmente amarillas, debido a la alteración de los pigmentos de la sangre. Fue especialmente temida por los marineros de la Edad Moderna en sus travesías transoceánicas.
- La gota (bajo la advocación de San Mauro), fue muy frecuente. Es una alteración del metabolismo nucleoproteico por la cual se produce un aumento del ácido úrico en la sangre (hiperuricemia), acompañada de dolores en las articulaciones, en ataques que se van haciendo más frecuentes e intensos, interrumpidos por períodos asintomáticos. En algunos casos la hiperuricemia depende de la excesiva ingestión de nucleoproidos (hiperuricemia alimentaria), pero otras veces depende del aumento en el catabolismo de los ácidos nucleicos, como en la fase resolutiva de la neumonía. El ataque gotoso se caracteriza por dolor articular, con hinchazón y enrojecimiento local de la piel, y las articulaciones más frecuentemente afectadas son las de la mano (quiragra) y las del pie (podagra). Una receta que describe Schippersges[2] y que extrae de la Physica de Hildegard recomienda aplicarse una pomada fabricada con cuatro partes de ajenjo machacado, dos de sebo de ciervo y una de tuétano del mismo animal; otra aconsejaba bañarse con el agua en la que haya hervido todo un hormiguero. Los remedios recetados por Hildegard son siempre así de curiosos.
[1]Tristemente acutalizada en USA tras los atentados del 11-S
[2]Schippergs. El jardín de la salud
1. Introducción a la Edad Media Europea Con este curso podrás conocer todo aquello que te intriga de la Edad Media europea.... [26/09/05] |
10.697 | ||||
2. Periodismo en la Edad Media. Las primeras hojas volantes En este curso nos avocaremos al periodismo en la Edad Media, las primeras hojas... [03/01/12] |
14 | ||||
3. Claves de la historia de la Biología La Biología se ha desarrollado a lo largo del tiempo gracias a las aportaciones de... [23/12/02] |
31.448 |