El mal funcionamiento del mercado de trabajo puede influir negativamente en el resto de la economía y de la sociedad. Este mal funcionamiento, que se materializa en la aparición de desempleo, tiene costes económicos (pérdida de producción potencial, generación de inflación), sociales (mala distribución de la renta que provoca inseguridad y conflictividad social) y personales (trastornos psicológicos y funcionales en los individuos y los hogares).
EL MERCADO DE TRABAJO EN ESPAÑA
Tabla: tasa de paro
El problema del desempleo surgió en España con la crisis de los años 1970. Previamente, durante el régimen de Franco, no había apenas desempleo. Esto se debió al extraordinario crecimiento económico del período junto a la emigración de numerosos trabajadores españoles al norte de Europa.
El aumento del desempleo en 1970, que no cesó hasta 1985, se debió a la crisis económica e industrial que cerró numerosas industrias y destruyó muchos empleos, y al aumento de la población potencialmente activa, tanto por el aumento demográfico como por el aumento de las mujeres que querían incorporarse al mercado de trabajo.
En el período 1985-96 se mantuvieron unas elevadas tasas de desempleo. Es cierto que en los primeros años se crearon muchos puestos de trabajo debido al crecimiento económico, pero siguió aumentando la población activa. Además, la crisis de los primeros años 1990 destruyo muchos empleos.
A partir de 1996 se crearon muchos empleos, reduciéndose la tasa
de desempleo. Además, aumentaron los contratos indefinidos. También
ha contribuido el crecimiento económico del período, la
desaceleración en el crecimiento de la población activa y la
llegada de inmigrantes.
La tasa de desempleo es mucho más alta que la media de la Unión
Europea.
El nivel de estudios está muy relacionado con el desempleo, ya que a mayores estudios, más probabilidad de encontrar trabajo. Por eso algunos grupos, como las mujeres, estudian más que los hombres, para tratar de superar la mayor dificultad que tienen en encontrar empleo.
Desde el punto de vista geográfico, existen unas grandes
diferencias en las tasas de desempleo entre las diferentes
comunidades autónomas. Las regiones con mayor presencia del sector
primario son las de mayor desempleo.
El desempleo de la mujer y de los jóvenes refleja la inexistencia
de contratos que se adapten a sus características (por ejemplo, los
contratos a tiempo parcial). El desempleo de personas poco
cualificadas refleja la escasez de políticas activas que incentiven
la educación.
Otro problema es que los salarios no se ajustan a las características de los trabajadores (mujeres y jóvenes de nuevo) ni al nivel de desempleo de cada región.
FACTORES EXPLICATIVOS DEL DESEMPLEO EN ESPAÑA
Desde un punto de vista teórico, la evolución del desempleo se
ve influida por dos factores en una economía: las instituciones
laborales existentes y las sacudidas (shocks) que recibe esa
economía. En el caso español, los principales shocks que han
afectado a la economía y al mercado de trabajo han sido:
- Las alteraciones en el precio del crudo de petróleo.
- El menor crecimiento de la productividad total de los
factores.
- Los cambios en la presión salarial.
- Las modificaciones en el nivel de tipo de interés real y, por
tanto, en la acumulación de capital. - - La ampliación de la
competencia en los mercados de bienes y servicios.
En cuanto a las instituciones del mercado de trabajo, en España las más relevantes han sido: los costes de despido, las prestaciones por desempleo, el sistema de negociación colectiva y las políticas activas en el mercado de trabajo.
Aunque hay una relación clara entre renta y empleo (cuando crece la renta se generan nuevos puestos de trabajo), existen otros elementos que también influyen en la creación de empleo.
Entre 1975 y 1985 hay una crisis mundial. Pero en España esta
crisis provocó mucho desempleo al destruir numerosos puestos de
trabajo y apenas aumentar la población activa, mientras que en el
resto de países el desempleo se produjo por un notablemente
incremento de la población activa, con escasa destrucción de
empleo. Hubo cuatro shocks de oferta que afectaron a la economía
española y a su mercado de trabajo en esa década:
- La subida del precio del crudo de petróleo. Como la economía
española (sus empresas) dependía mucho de esta energía, subió el
coste de producción de las empresas. Una solución hubiera sido
disminuir los salarios nomínales, pero los trabajadores no
aceptaron, e incluso se aumentaron los salarios nominales, lo que
provocó un aumento de la inflación. Las políticas monetarias no
lucharon contra la inflación, que creció en exceso, lo que hizo que
su reducción en etapas posteriores dificultara la creación de
empleo.
- La productividad del trabajo disminuyó. Además, como los salarios
crecieron más que la productividad, se redujo la demanda de trabajo
y la rentabilidad empresarial, lo que afectó negativamente a la
inversión y, por tanto, al empleo.
- El incremento de los salarios reales. Hasta 1977 el salario de
los trabajadores aumentó mucho, pero tras los Pactos de la Moncloa
se moderaron, con el objetivo de controlar la inflación.
- Los tipos de interés real aumentaron. Hasta 1977 no hubo una
política monetaria que controlara la inflación, lo que hizo que los
tipos de interés reales fueran muy bajos. Como era muy barato
endeudarse con esos tipos de interés tan bajos, las empresas
españolas lo hicieron en exceso. Pero desde 1977 los sucesivos
gobiernos aplicaron una política monetaria más dura que se basaba
en aumentar el tipo de interés para controlar la inflación. La
consecuencia del aumento de los tipos de interés fue una
disminución de la inversión empresarial más intensa al afectar a
empresas excesivamente endeudadas.
- La vuelta de los emigrantes españoles que habían ido al norte de
Europa en 1960 y la desaparición de la agricultura tradicional
también influyeron en la creación del desempleo.
En el período 1985-96 se mantuvieron unas elevadas tasas de desempleo. Es cierto que en los primeros años se crearon muchos puestos de trabajo debido al crecimiento económico, pero siguió aumentando la población activa. Además, la crisis de los primeros años 1990 destruyo muchos empleos.
En estos últimos años (1996-hoy) el desempleo ha disminuido por
varias causas:
- Los tipos de interés nominales y reales se han reducido, ayudados
por la reducción de la inflación y del déficit público, lo que
provoca un crecimiento económico y de la inversión y, por tanto,
del empleo.
- Se han producido diferentes reformas en los mercados productivos,
para estimular la competencia, sobretodo en el sector servicios,
que ha provocado un aumento de la productividad.
- Se han abordado sucesivas reformas en el mercado de trabajo, que
han afectado a los costes de despido, las prestaciones por
desempleo y la negociación colectiva, lo que ha permitido disminuir
el paro de larga duración y moderar la capacidad negociadora de los
asalariados.
Las últimas reformas de finales de principios de siglo han
contribuido a facilitar la creación de mucho empleo en un entorno
favorable de crecimiento económico. Los mayores problemas
existentes en la actualidad son el paro juvenil, el paro femenino y
el paro de larga duración.
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