Cebado del arco: sujete con una mano el soporte del electrodo y con la otra la pantalla protectora. Encienda el arco preferiblemente sobre una pieza mártir, en la cual frotará varias veces el electrodo. Se producirán chispas. Levante el electrodo hasta unos 4 -5 mm para que se pueda formar el arco (podrá escuchar como crepita). Baje el electrodo 2-3 mm sobre la pieza a soldar. La crepitación se produce ahora regularmente: si mantiene el electrodo demasiado alto se interrumpirá de manera regular y cesará totalmente si la acerca demasiado a la superficie. Por tanto, el truco consiste en no interrumpir la corriente.
Punteo: antes de proceder a la soldadura propiamente dicha, deberá ensamblar las dos piezas por puntos (puntos de soldadura), para que no se separen posteriormente. Ponga puntos bastante pequeños en el centro y después en los extremos de la junta para que se fundan, después, en el cordón.
Soldadura: desde el momento en el que el arco aparezca, fundirá las superficies a soldar, emitiendo un fuerte escape de gas. Este gas repele el metal en fusión formando pequeñas olas sobre su superficie. El metal del electrodo en fusión mezclado con el metal de la pieza, también fundida, rellenan el cráter abierto por el calor: esto es el cordón de soldadura. Los vapores emitidos por la fusión del recubrimiento del electrodo protegen el metal de la oxidación y dan a la soldadura su aspecto final.
Sentido: una persona diestra realizará la soldadura de izquierda a derecha, una persona zurda de derecha a izquierda. Mantenga el portaelectrodo inclinado 15° en relación a la línea vertical imaginaria. El ángulo entre la junta a realizar y el electrodo es, por tanto de 75°. Suelde "tirando" y no "empujando". Vigile bien el arco y el cordón.
Cordón: un cordón bien realizado deberá presentar estrías regulares. Un gran número de estrías indica que la soldadura ha sido efectuada con una intensidad muy débil. Una intensidad muy elevada producirá, sin embargo, un cordón llano, sucio y deforme. El cordón deberá contar con una largura de 3 a 4 veces el grosor del metal.
Picado de la escoria: una parte del recubrimiento del electrodo se extiende sobre la soldadura, siempre que ésta esté todavía caliente. Este depósito, que permanece sobre la soldadura ya fría, se llama "escoria". La escoria nunca debe ser incluida en el cordón de la soldadura. Una vez frío, elimínelo con ayuda de un martillo para picar.
Cepillado: para que las juntas de su soldadura tengan un aspecto cuidado frótelas, después del picado de la escoria, con ayuda de un cepillo metálico. También podrá utilizar esmeriladora de ángulo, equipada de un accesorio especial.
Diversas soldaduras: si el vacío a rellenar entre las dos piezas a soldar es muy ancho pero poco profundo, puede proceder en varios pasos sucesivos. Al realizar cada cordón, deberá eliminar la escoria y limpiar con el cepillo metálico para ofrecer así una buena adherencia.
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